sábado, 21 de mayo de 2011

- JORNADA DE REFLEXIÓN -

Un día, no se sabe muy bien cómo, perdimos la imaginación y encontramos la soledad. Cabizbajos seguimos caminando hacia adelante sin mirar al horizonte, suponiendo que seguiría ahí siempre, infinito, inacabable, ahora invisible. Dejarse llevar es dejar de llevarse, perder el control de todos y cada uno de tus pasos en beneficio de un mal común lleno de silencios sin miradas y de palabras sin alma.
La verdad, que jamás existió, aparece nítida en primera persona, confundiéndose el yo con el nosotros o lo que es lo mismo, el número con los números, pues nuestras “propias ideas” cada vez más son las ideas de otros, tan diferentes a las ideas de los otros que parecen la misma idea.
La libertad de expresión es una farsa, un maquillaje de última generación que nos quita las arrugas para sentirnos jóvenes a los 50. Ya es verano en primavera y hay un día para cada cosa como hay un santo para cada mal. Los libros engordan de manera exponencial pero son devorados a destajo, los discos no pasan de once canciones y los hijos denuncian a sus padres.
Como hablo sin pensar hablaré mucho, como no escucho oigo voces y como no me da la gana no pienso ir a ninguna parte. Soy tan listo que gano dinero y soy tan tonto que no encuentro tiempo. Si al menos pudiera imaginar otra cosa…

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