lunes, 21 de marzo de 2011

APRECIACIONES SOBRE LAS MARIPOSAS

De repente a una flor se le ocurrió que podía volar y surgió de ella una
mariposa, la primera de las mariposas, el primer ser vivo que sobrevoló
la faz de la Tierra, el ser más libre y solitario de todos.

Y se fue a bailar con las flores, no entre las flores sino con ellas al compás
del canto de mil gorriones, gorrión arriba, gorrión abajo, que habían
brotado de mil nueces de un mismo nogal que habían pensado a la vez
en la más que probable posibilidad de poder volar y cantar en un coro en
sus ratos libres. Las nueces tienen forma de cerebro porque no paran de
pensar, lo que no piensan es que el que realmente piensa es el nogal, ellas
sólo hacen los cálculos.

Pero estábamos con las mariposas, bueno, con la mariposa, la única. Poco
le duró; ocurrencia tal se les antojó a varios miles de millones de flores
que una tras otra se fueron convirtiendo en mariposa a la imagen y
semejanza de sus pétalos cubriendo el cielo de colores irrepetibles,
innumerables e inverosímiles, algo así como estar roto... y además dentro
de otro.

A los gorriones les dio por comer semillas y a éstas también se les ocurrió
que podían volar... y surgieron las ardillas, porque las semillas no vuelan,
es el aire el que las transporta. Como todo el mundo sabe hay semillas
que pueden ser transportadas a cientos e incluso a miles de kilómetros;
hay quien dice, eso sí sólo unos pocos, que hay algunas que pueden llegar
a dar un par de vueltas a la Tierra, por lo que no es de extrañar que crean
en la posibilidad de poder volar, de hecho las ardillas no vuelan pero
casi. Y comen bellotas. Las bellotas son tan precavidas que por si acaso
pudieran volar han desarrollado casco, pero no pueden volar; pero pueden
derretirse. Cuando una bellota se derrite se une al derretimiento de otras
bellotas y se transforman en un tablero de ajedrez junto a las avellanas,
que se derriten ya peladas.

¿Cuánto tiempo pasó entre la invención de un tablero de ajedrez y la
aparición de las fichas, un día, un año, un porrón de años? Nadie lo sabe,
lo que es seguro es que no pasó una eternidad porque sólo hay una. Ahora
bien, el tema del ajedrez quedará para otro cuento porque éste va
sobre mariposas.

El secreto de la belleza de las mariposas está en sus ojos, los suelen tener
preciosos pero ellas siempre se quejan de ser admiradas por su cuerpo:
Sólo son alas, dicen, nada comparable a la mirada de una mariposa. Y
tienen razón... ¡Pero quién comprende a una mariposa!

Las mariposas sueñan con que mañana haga sol y a veces son felices;
otros días llueve y aprovechan para darse una ducha; y otros días está
nublado y se van debajo de un nogal a ver si convencen a unas nueces
para que se conviertan en gorriones y les canten unas jotas.

Actualmente hay tantas mariposas diferentes que juntándolas a todas, con
la fuerza de su aleteo, habrían evitado el hundimiento del Titanic aunque
lo hubieran fabricado de granito. No hay dos mariposas iguales como no
hay dos piedras iguales; es una probabilidad tan remota que es posible
que ya haya pasado; pero no importa, o es anecdótico o es industrial.

Están aún por descubrir las mariposas marinas pero ya se cuentan historias
de quien las ha visto. Una mariposa bajo el agua produce con su aleteo
burbujas de colores que describen círculos que forman tubos que buscan
cubos... y no hay nada parecido. Si ves volar a una mariposa bajo el agua
te pegas un trago de mar que pa qué, puesto que no hay nadie que no se
quede boquiabierto.

También hay mariposas tímidas, son las de los más intensos colores pro
no te miran a los ojos.

Las mariposas son las musas de la brisa y las ganas de los niños. Al
principio sólo había mariposas... y al resto de las cosas... les dio por soñar.

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